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#territoriodetregua RETROSPECTIVA

#territoriodetregua es un laboratorio de experimentación, donde se recurre al texto, la imagen y la memoria mitológica como excusa para el encuentro, el pensamiento y la tregua. También es un espacio de registro escrito de momentos que irán siendo y no volverán a serlo más. Un mosaico de palabras, imagen, mito y observación.

LA VIDA / / Imagen de mi autoria

Km 45, ruta interbalnearia, Canelones, Uruguay

Enero 2022

 

Retrospectiva

 

Creé #territoriodetregua en 2021 con el deseo de encontrarme entre las palabras. Me propuse habitar un laboratorio de escritura donde pudiera transformar pensamientos en imágenes. Mezclé pinturas con textos, grafitis con publicidades, mitos con realidades, sensaciones y contextos, jugué. Quedó una sección de cinco escritos que componen el registro de un tiempo particular en formato diario abierto, expresión de lo que fue ese momento en mi historia atravesado por la pandemia.  

 

Tregua implica la alteración de un tempo normal dado. Qué hacer cuando ocurre un lapsus como el que estamos viviendo desde hace un par de años, es un desafío. Mi hacer caótico en tregua consistió en construir un territorio intertextual donde la integración se convierta en una práctica de lo posible.

 

5 textos, 5 títulos, atravesados por un contexto de incertidumbre exacerbada: inmunizar, controlar, ¿desear?. La realidad cruda y dura me resultaba insoportable, por eso en cada entrega recurrí a leyendas mitológicas o relatos oraculares. Este recurso fue la base y el refugio que me permitió poner en suspenso el tiempo del afuera para dejar que la metamorfosis sucediera. 

 

Viajar entre lo contingente fue mi salvación.

 

En la primera entrega, “Puerta amarilla”, escribo “abro y dejo pasar a Jano” como una alegoría de apertura al viaje desconocido. En ningún momento del texto logré poner en palabras lo que me significó ese otro tipo de percepción, quedó un mero intento iniciático, una especie de manotazo que no llega a la orilla, pero que se aferra a un grupo de palabras y persevera.

 

En “Cultivar la tierra”, afectado por las problemáticas que generaba un nuevo rebrote de covid, evoco al mito del rapto de Persefone, hija de la diosa Deméter. Recurro a esa leyenda de las 1000 interpretaciones como una posible metáfora aplicable a los sucesos de ese momento. En el relato mítico ninguna de las partes consigue exactamente lo que pretende, ya que todas se ven obligadas a modificar en parte su deseo, y es justamente a partir de la transformación de esa pretensión individual que se logra encontrar un nuevo orden colectivo. No quería (ni queríamos) vivir lo que estaba sucediendo, no quedaba otra alternativa más que actualizar el deseo y materializarlo.  

 

Más tarde llega “Sin nombre”, tercera entrega. La humedad de un nuevo invierno de encierro en Capital Federal me trae la imagen de la boya oxidada que marca el encuentro del Río de la Plata con el mar. Su oscilación, en estado de afectación constante, me remite nuevamente al reservorio mitológico, pero en este caso me aparece la experiencia de la mortal Psique y su fervor por Eros, dios del amor. Debe ser que un poco me sentía así: solo, flotando en medio del agua y unido a la tierra por una soga imaginaria que me salía del corazón. La insistencia amante de Psique era lo que me inspiraba a seguir. Fantasear con amores en contextos pandémicos era una forma de identificar deseos; y escribir sobre esa historia amorosa entre mortal y deidad, una forma de invocarlos.

 

Unos meses después, sucede la cuarta entrega: “Dios”. La inmunidad era el objetivo buscado por la autoridad y los círculos de poder, inmunización inoculada era la acción ejercida por estos sobre nuestros cuerpos. Esa disonancia notoria entre el devenir orgánico, sinuoso y poco claro que ya manifestaba en las entregas anteriores, versus la dureza teñida de aparente claridad que expresaba ese contexto inmunizador, me hace concluir esta entrega con cierto tinte de desesperanza. 

 

Al poco tiempo, aparece el quinto y último intento de tregua, “Des-concierto”. Volver era la acción que desde el discursivo institucional se estaba intentado instalar, sin embargo, es exactamente esa actitud la que siento necesario evitar. Habitar esa problemática me genera una fuerte crisis vincular que no logro intertextualizar con ningún mito, por eso recurro al I-Ching. Obvio que no llego a resolver el conflicto, pero sí tropiezo con esta hipótesis: La complejidad del período actual vacila en tensión entre pulsión y autoridad, sin desarrollo de conciencia

 

El laboratorio terminó siendo un marco sostén para la comprensión de un tiempo rarísimo. También se puede leer como un intento de habitar la incertidumbre inherente a la vida dentro de un espacio de intimidad compartida. Oscilar entre, como metáfora y como práctica. Una suspensión del sentido para ir siendo en medio de todo al mismo tiempo.

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Quiero concluir la retrospectiva de este laboratorio haciendo una breve nota sobre el lenguaje: verán que en algunos momentos de cada texto escribo “_”. Recurro a este simbolismo en referencia al género vacío. También, en otras partes utilizó lo que en el mundo occidental venimos entendiendo como masculino y femenino. Esta combinación de referencias es la mejor forma que encontré para sintetizar esta problemática. Para nada siento que haya llegado a desarrollar con plenitud mi sentir respecto a este tema, es simplemente un mero intento de abordaje.

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Por último, amiga Belén, doy gracias y aprendo de la sabiduría de tu alma maestra, que se enmascara entre palabras y rimas para llegar a ese valor oculto, que sabe, solo sucede en la intimidad del encuentro. Mis hallazgos durante este proceso corresponden a la nobleza de tu compañía. 

 

Marzo, 2022

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Nicolás Martínez Cremonese - *** 

 

Nació en 1984, cuando todavía se discaba para hablar por teléfono. Es una mezcla argento uruguaya sin glifosato. Cayó y más tarde salió de la educación pública. Como actor integró varias compañías teatrales en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, siempre con muy poca popularidad, para no perder la costumbre. Opina que la certeza es la base de la locura. Es un alma antigua con corazón de ballena, cabeza de búho, cuerpo de pantera, y sangre de abeja.